Zombie Fever

The Walking Dead, una representación terrorífica de como sería el mundo si de repente despertaras y la raza humana estuviese casi en extinción y la tierra poblada por zombies hambrientos de carne fresca. Esta serie, que se estrenó en los Estados Unidos el 31 de octubre, por la cadena AMC y en Latinoamérica por FOX, tuvo seis episodios y dio a los especadores la promesa de una segunda temporada el año próximo. 

La trama principal se trata de un grupo de personas que intentan sobrevivir en condiciones extremas, rodeados por muertos y no tan muertos, que de sentir su movimiento o tan solo un sonido mínimo, podrían devorarles un tajo. Rick, el personaje principal, está envuelto en la tarea de cargar con las vidas de su esposa, hijo y de las personas que conforman el grupo, soportando la obvia tensión con Shane, su ex compañero policía, quien lo dejó en el hospital cuando pensó que este había muerto. 

La serie pertenece al tres veces nominado a los Premios de la Academia, Frank Darabont y es importante destacar que, más que la trama, lo que llama la atención es la dirección fotográfica, de arte y los efectos especiales. Así mismo, hay algunos vacíos en la historia, en donde el espectador puede percibir situaciones inconexas. Y además, para esos fans de los zombies, del comic original y de esas situaciones épicas de horror, la serie carece de mucha emoción. De hecho, cuatro, de los seis episodios, pueden llegar a ser lentos. Tanto así, que el cuarto episodio fue, en nuestra opinión, el más entretenido de todos cuando los zombies llegan al campamento y comienzan a morder  a quien se atravesaba en su camino. 

Sin embargo, sin ánimos de quitarle crédito, cualquiera que disfrute de esta clásica representación del terror, que son los zombies, disfrutará un display infinito de ellos y todas las variaciones que permitieron los efectos especiales de la serie. Por lo que no desalentamos a cualquiera que no la haya presenciado, a que lo haga y de esta forma, genere su propio criterio acerca de esta producción.